A pesar de ser tan pequeñitos, los poros son uno de los problemas más grandes en el mundo del skincare. Porque todos queremos poros pequeños, finos y sobre todo, invisibles.
¿Qué son los poros?
Los poros son pequeñas aperturas en tu piel que contienen folículos capilares o glándulas sudoríparas. Son completamente normales (¡todos tenemos!) y están ahí para que la piel pueda hacer su trabajo: regular la temperatura del cuerpo y protegerlo de bacterias y elementos externos.
Cuando están sanos, los poros tienen un recubrimiento de queratina y sebo. La queratina es la proteína que compone tu cabello, uñas y piel, y el sebo se encarga de proteger tu piel de bacterias. La piel debajo y entre los poros está sostenida por una red de proteínas fibrosas llamadas colágeno y elastina – las cuales le brindan a la piel su firmeza estructural.
Entonces, ¿porqué se hacen grandes?
Ahora que ya sabes qué son los poros y para qué sirven, te dejamos las razones más comunes por las cuales suelen engrandecerse:
Genética
Lo sentimos, pero muchas veces la culpa es de tus padres. Si tus poros son naturalmente grandes, la razón es, justamente, natural. Si tu cabello es grueso, es más probable que tus poros sean más grandes para poder acomodar folículos más amplios. Si tu piel es naturalmente grasa, tus poros generalmente serán más grandes también. Esto no significa que no puedas mejorar la apariencia de tus poros, pero significa que la genética dictará de cierta manera los resultados que puedas obtener.
Poros tapados
Ya te explicamos que todos los poros tienen una capa de sebo y queratina. A veces, esta capa no se desprende correctamente, generando una acumulación de células muertas. Y si tienes piel grasa, también puede haber una acumulación de aceites junto con esto. Ambas forman un tapón, el cual puede estar “abierto” o “cerrado”. Si está cerrado, entonces lo que aparecerá en tu piel es un barro de apariencia blanca. Si está abierto, entonces la exposición al aire y los elementos hará que el sebo y las células muertas dentro del poro se oxiden y oscurezcan, formando así un punto negro.
Para evitar que tus poros se tapen debes hacer dos cosas: lavar y exfoliar. La primera es llevar a cabo el double cleanse, tu nuevo mejor amigo. Limpiar a fondo tu piel es una de las maneras en las que te asegurarás que no queden residuos de células muertas ni de grasa dentro de tus poros – y para esto necesitas un limpiador facial de aceite y uno de agua. Para el limpiador de aceite, te recomendamos probar URANG Natural Cleansing Oil o All Clean Balm de Heimish. El primero está hecho con hojas de té verde y azúcar de caña y dejará tu piel luminosa y radiante. El segundo es un limpiador facial vegano que te encantará gracias a su fórmula hecha con aceites de semillas. Para los limpiadores faciales de agua, te recomendamos probar Cleansing Foam de Gallinée o Honey Matcha Cleansing Drops de Rooki. El primero es un limpiador en espuma ultra suave que limpia tu piel y cuida su microbioma. Su fórmula contiene ácido láctico, prebióticos y probióticos. El segundo es un jabón tipo gel infusionado con matcha, miel y vitamina C que se activa con el agua, que ayuda a hidratar, limpiar y abrillantar tu piel manteniéndola libre de irritación.
La segunda cosa que necesitas hacer es exfoliarte regularmente, removiendo las células muertas y el sebo, dejando expuesta una capa de piel nueva y limpia. Puedes escoger exfoliar tu piel con alguna mascarilla lavable o peel off (como Scrub Mask de Gallinée, Clarifying Blue Mask de URANG) , o bien, con un tratamiento de BHA como Two in One Poreless Power Liquid de COSRX, un suero que limpia y afina tus poros.
Deshidratación
La hidratación lo es todo. La piel deshidratada puede tener poros más grandes ya que la piel alrededor de los poros ha perdido su carnosidad o “relleno”, haciendo que las paredes de los poros se aflojen y agranden. Mantener tu piel sana e hidratada es una manera de evitar que esto suceda. Te recomendamos probar algún producto con ácido hialurónico, el cual ayudará a hacer que tu piel retenga la humedad dentro durante más tiempo. Te recomendamos probar Original Skin Energy Hyaluronic Acid 100 de MIZON, un potente suero de ácido hialurónico, o One Step Moisture Up Pad de COSRX, las mágicas almohadillas que hidratan tu piel al instante.
Daño solar
La exposición en exceso a los rayos del sol hace que tu piel reduzca la producción de colágeno y elastina. Dado que estos dos elementos son los que forman la estructura de la piel, si disminuimos su producción, la estructura se hará débil y flácida. Cuando esto sucede, los poros no tienen nada que los sostenga, haciendo que las paredes de los mismos se vuelvan flojas y el poro se haga más grande. Para evitar esto, te recomendamos usar Anthelios Shaka Fluid de La Roche Posay. Nos encanta este protector solar, además de ser ultra ligero (casi como agua) protege tu piel con un FPS del 50 y de los rayos UVA y UVB.
Recuerda que el paso más importante para el protector solar es la frecuencia, ya que debes retocarlo por lo menos cada 4 horas a lo largo del día (¡no hacerlo sería mandar todo tu skincare a la basura!).
En resumen, si quieres tener poros más chicos, necesitas mantener una rutina religiosamente estricta en cuanto a su cuidado: realizar apropiadamente tu double cleanse, exfoliar regularmente, hidratar a fondo tu piel y protegerla de los rayos UVA/UVB. Así lograrás tener poros (casi) invisibles y perfectos.